Y dedicamos horas a jugar juegos infinitos, ridículos y lo peor? Lo que yo todavía no he llegado a entender. Ver vídeos en YouTube de cómo otros juegan videojuegos infinitos. Estoy diciendo la verdad o no? Otra cosa estúpida en la cual gastamos tiempo es hacer maratón de series. Porque en mi generación, cuando tú querías ver una serie, tenías que esperar un capítulo por semana. Y guardadas un día especial para tu serie favorita. Ahora, en las plataformas como Netflix te dan toda la temporada de golpe, al punto de que te puedes hacer un maratón de la serie. Yo tengo amigos que en 24 horas se han visto toda una temporada sin interrupción. Pero hay otra cosa que me parece todavía más estúpida es esa tendencia a hacer scroll sin sentido en Facebook, Instagram, Twitter, Snapchat, scroll, scroll, scroll, scroll. Abres cada una de las aplicaciones, luego intentas pensar qué has visto y no te acuerdas y vuelves a abrirlas. Después te das cuenta del tiempo que pierdes solo haciendo este movimiento. Qué, qué, qué? Qué te educa, que te enseña? Qué aprendes? Nada. Y lo que he venido aquí a decirte en este punto es que como discípulo tienes que entender. Que tu tiempo es el recurso más valioso que tienes y Dios te va a pedir cuentas de lo que has hecho con ese tiempo. Hay un montón de parábolas que hablan acerca de esto, por ejemplo, la parábola de los talentos. Jesús dio talentos, es decir, recursos, monedas, habilidades a personas, recursos diferentes y les dijo Te lo dejo, pero volveré y quiero ver lo que han rendido. Ahora, cuántos de los que están aquí saben que el recurso más valioso que tenemos es el. Tiempo. Y el tiempo debe rendirle a Jesús, porque Él nos va a pedir cuentas, y lo que muchos jóvenes aquí no se dan cuenta es que el tiempo es un recurso limitado. La procrastinación se alimenta de la ilusión de que el tiempo es ilimitado, que no hay presión, que no hay fecha de entrega. Pero no es verdad. Quiero que mires esta cuadrícula. Pónmela, por favor. Esta es la cuadricula de los años de tu vida. Con suerte empiezas desde los ceros años y llegas a los 90. Esta cuadrícula en cada columna tiene 52 cuadrados que equivalen a las 52 semanas de cada año. Estas son todas las semanas de tu vida. Si eres capaz de vivir hasta los 90 años, 52 semanas por año, durante 90 años. Ésta es. La tabla de tu recurso temporal. La la hice para mi. Y me di cuenta de que yo ya he consumido 33 años de mi vida. Treinta y tres años de mi vida. Esto es prácticamente un tercio de mi vida si llego a los 90 años. Pero claro, me he dado cuenta de que con el estilo de vida que llevo quizá sólo llegue hasta los 70. Y cuando veo, entonces me empiezo a poner un poco nervioso. Tengo algunos familiares cercanos que han muerto de cáncer y no es que me desee ningún mal, pero soy consciente de que la vida se esfuma. Y qué tal si sólo llego a los 60? Entonces ya voy por la mitad. Quiero que observes bien esta tabla. Porque éste es el recurso que Dios te ha dado. Dios te ha dado un tiempo limitado en este planeta Tierra para que puedas producir un efecto eterno. Tienes que invertir tu tiempo en algo que pueda producir un beneficio eterno. Haz que tu vida cuente porque tu vida tiene fecha de entrega. Escúchame un día estarás cara a cara con Jesús y te dirá Qué hiciste con el tiempo que te di? Mírame a los ojos y él te mirará con esos ojos de fuego que te van a atravesar el alma y todos tus secretos se van a revelar delante de él. Y ese día, qué le vas a ofrecer a Jesús? Le vas a decir Toma, Jesús, estos son todos los follower que acumulé en mi red social. O quizás le digas Jesús, toma, esta es la puntuación que logré jugando a Fortnite. O mira a Jesús? Todos los selfis que me hice en diferentes localizaciones con cara de pato. Qué le vas a dar a Jesús ese día? Qué le vas a dar a Jesús? Porque si la salvación es por gracia. Pero las recompensas son por obras y no es que Dios te ha llamado a tener éxito como este mundo dice que es el éxito. Dios te ha llamado a ser fiel con lo que te ha dado. Porque me he dado cuenta de que muchos jóvenes aquí soy realmente buenos en lograr cosas estúpidas. Y hay algo peor que fracasar en la vida y es tener éxito en las cosas equivocadas. Te lo voy a volver a decir. Hay algo peor que fracasar en la vida y tener éxito en las cosas equivocadas? De qué te vale ser el mejor jugador de videojuegos? Quizás eso es una cosa equivocada. Yo sé que muchos desearíais ser como el. Alguien sabe quién es El Rubius? El youtuber más famoso de España que ganará 30 euros. Al mes, gracias a personas como tú, que ven cómo hace tonterías. Y algunos soñarían. Si yo fuese un influencer como el rubio jugando a videojuegos y haciendo challengers estúpidos y sacándome fotitos con mis gatos. Escúchame bien. No quieras tener éxito en las cosas equivocadas. Porque esas cosas no producen nada para la eternidad. Alguien me está entendiendo aquí? Tiene sentido si o no vale. Segundo desafío. Es el desafío de la apatía. Di conmigo apatía más fuerte, apatía. No sé si los pastores aquí estarán de acuerdo conmigo, pero me he dado cuenta de que a medida que pasan los años hay un fenómeno generalizado. En nuestra generación y es la apatía. Qué es la apatía en definición? La apatía es la insensibilización ante cualquier estímulo, es decir, falta de sentimientos. Y los sociólogos están empezando a asociar esa insensibilización de nuestra mente con el uso prolongado de los smartphones y el consumo masivo de imágenes, vídeos, tuits, información. Es decir, como si la sobresaturación de estímulos nos afectase a la hora de poder sentir emociones. Por ejemplo, cuando yo era jovencito, antes de la era de los smartphones, había un evento de jóvenes al año ahorrábamos dinero para ir a un evento de jóvenes al año, donde veíamos un escenario con buenos altavoces, luces, venían grupos de Estados Unidos, de Inglaterra y yo ahorraba dinero todo el año. Emocionado, emocionado con la idea de que llegase ese congreso cuando faltaba una semana, me dará. Me daba hasta dolor de tripa pensar que solo quedaban 7 días en Tabacalera de los nervios. Estaba emocionado y cuando estaba allí tenía tanta expectativa que Dios me inundaba de revelación. Tenía encuentros con Dios, era impresionante. Terminaba el evento y cuando terminaba me iba llorando a casa, en mi coche, en el coche de mis amigos por lo que había vivido. Ahora no te das cuenta de que ahora tenemos tantos eventos, tantas cosas, que ya vamos de evento en evento sin ninguna expectativa. Es más, ahora podemos entrar en YouTube y podemos ver el evento mundial de Gilson con la mejor producción, oradores y grupos de música. Y cuando vas a tu iglesia local y ves a la hermanita con la guitarrita, dices Qué es esto? Por qué? Porque la apatía es producto de la sobreestimulación de tu cerebro. Cuantas más cosas ves tu cerebro, cuanta más cosas es expuesto tu cerebro, menos sientes. Por ejemplo, si tu comes picante constantemente y sobre estimulas tu lengua con picante, finalmente, al pasar los meses o los años tu lengua ya no, pero no percibirá el picante igual y no podrá percibir otros sabores. Ahora, si lo que sobre estimulas no es tu lengua, si no es tu cerebro lo que va a pasar esa apatía, no vas a sentir emoción porque tu cerebro está sobre estimulado. Mira, vais a entender lo que quiero decir. Antes yo me impactaba mucho con la violencia. Pero al pasar los años he visto un montón de series que muestran actos de violencia o de zombis, o de gente que pierde un miembro que es matado a sangre fría. Y me he dado cuenta de que al sobre estimular mi cerebro con tanta violencia. Ahora, cuando veo en las noticias el atentado terrorista que ha ocurrido en Afganistán y me muestran imágenes de miembros amputados. Ya no siento el mismo impacto porque me he insensibilizado. Antes, por ejemplo, experimentaba mucho impacto con el sufrimiento. Cuando veía, por ejemplo, la imagen de un niño negrito en África, delgadito, lleno de moscas, que no podía comer, casi casi quitaba ese anuncio de la ONG de la televisión porque no podía soportarlo. Ahora. Cuanda vez cada vez más, las noticias meten imágenes, vídeos de sufrimiento explícito, al punto de que puedo ir caminando por las calles de mi ciudad y ver un hombre pobre tirado en el suelo y simplemente pasar por encima de él sin sentir absolutamente nada. Antes. Si yo veía a dos hombres dándose un beso en la boca. Apartaba mi mirada. Porque era como algo que me provocaba incomodidad, pero cuando la tele te está mostrando hombres besándose en la boca, en todos los programas, en todas las series, en todas las películas. De repente llega el momento en el que ya no sientes el mismo impacto. Por qué? Porque te insensibiliza te insensibilización por la sobresaturación. Alguien me está entendiendo? Mira en tu timeline. Ocupando el mismo espacio uno detrás de otro, puedes ver noticias como éstas. La foto del último fichaje del Real Madrid. Luego una selfi de un amigo tuyo y luego la noticia sobre una pandemia en África con miles de muertos. Luego un video de un gatito y después la noticia de un suicidio de otro famoso. Y después un meme de Bob Esponja. Y después el testimonio de una mujer violada por cuatro hombres. Y después la foto de un postre. Todo seguido. Todo ocupando el mismo espacio, todo entrando por tu mente a la misma velocidad, hasta que tu mente piensa que una violación y un meme de Bob Esponja es lo mismo. Y puedes estar leyendo cosas dramáticas y luego estar riéndote con la foto de un gatito. Porque dejamos de sentir. Hace poco hubo una polémica por el famoso youtuber Poul Logan. Que se fue al bosque de Japón, conocido como el bosque de los suicidios, porque allí diariamente se suicidan personas y se fue a grabar un video y se puso delante de una persona que se había quitado la vida, que estaba ahorcada en un árbol y empezó a hacer las gracias para colgarlo después en su canal de YouTube, un canal de YouTube que tiene millones y millones de reproducciones. Y yo me pregunto qué nos está pasando? Qué le está pasando a nuestra generación? Lo que nos está pasando es que ya nos reímos del dolor, nos estamos insensibilizado, porque cuántos de los que están aquí nos hemos reído ante un video viral? De una palista callejera. O de alguien sufriendo un accidente. Y vemos ese video. Jaja, qué gracioso! Pero sabemos lo que han sufrido las personas de ese video que nos está haciendo tanta gracia. Alguien me está entendiendo lo que quiero decir? Termino aquí este punto. Como discípulo tienes que entender. Que no te puedes permitir el gusto de insensibiliza arte, porque ser discípulo implica amar lo que Jesús ama y odiar lo que Jesús odia. Es decir, sentir como Jesús. Y sabes cuál era el sentimiento que más acompañaba a Jesús ante el dolor, la compasión? Esa palabra en griego con pasión se podría traducir literalmente como amor que te hace doler las entrañas. Y siempre que dice que Jesús sintió compasión, vemos que Jesús hizo una acción de compromiso. Jesús sintió compasión y les dio de comer. Jesús sintió compasión y lo sanó. Jesús sintió compasión y liberó al Hijo de esa persona, de ese demonio. Nosotros hemos cambiado la compasión por un ripostó en nuestra red social con un hashtag famoso que diga Nunca más y un emoticono triste. Hemos cambiado la acción compasiva por poner una publicación en nuestras redes sociales y te voy a decir una cosa no hay manera más pobre de vivir la compasión que esa. Alguien me está entendiendo lo que quiero decir? Tercer punto. Tercer desafío. Son solo cinco y terminamos. Tercer desafío. El ruido. Cada vez más a menudo escucho que los jóvenes me dicen y Thiel es que yo no escucho la voz de Dios. Y tienes que yo no soy capaz de escuchar lo que Dios me está diciendo ahora te voy a decir una cosa. Hay algo que sé seguro, seguro, seguro, seguro de Dios. Y es que Dios está constantemente hablando. Dios habla. Pero quizá el motivo por el cual no estás escuchando su voz no es porque él no te esté hablando. Sino porque hay demasiado ruido en tu mente. Y cuando estoy hablando de ruido en tu mente, estoy hablando de lo que los sociólogos hablan acerca de estar en modo multitarea. Por ejemplo, en modo multitarea es esto yo me he visto a mí mismo escuchando una predicación mientras escribo un guasap, mientras juego con mi niña en la alfombra con mi pie y mientras estoy pensando en lo que voy a hacer una hora después. Modo multitarea, es decir, tener la mente cargada de un montón de cosas, al punto de que nuestra capacidad de concentración está disminuyendo desde que nos hemos acostumbrado a hacer constantemente cosas sin parar. Siempre contestando un mensaje en Instagram, en Twitter, en Facebook, atendiendo a las notificaciones, viendo vídeos, poniéndonos el playlist de la música que nos gusta. No tenemos un solo momento de silencio en nuestra mente. Y queridos, no hay manera de poder escuchar la voz de Dios si ahoga su voz con el ruido constante en tu mente. La revelación de la voz de Dios requiere desconectarte del modo multitarea. Necesitas dejar tu mente en silencio. Pero parece que huimos del silencio. Parece que en cuanto llega al silencio nos sentimos incómodos. Me decía un joven cuando me quedo solo en casa, pongo la televisión para escuchar un ruido de fondo, porque si no me siento incómodo. Te has dado cuenta de que huimos del silencio? A qué le tenemos miedo? A la voz de nuestra conciencia. A la voz de las responsabilidades, a la voz de Dios. Porque antes, Dios, antes de los smartphones, te podía atrapar en el baño mientras ibas a hacer tus necesidades. Pero ahora vamos al baño. Nos sentamos en el trono y nos llevamos. El smartphone. En qué momento tu mente está en silencio para poder escuchar la voz de Dios? A veces pienso que el bing bing de las notificaciones de tu móvil tiene más autoridad sobre tu vida que la voz del Espíritu Santo. Por qué? Porque las notificaciones de tu móvil te pueden interrumpir en cualquier momento. Pero el Espíritu Santo no encuentra manera de interrumpirte en ningún momento. El pin pin ha interrumpido conversaciones, cenas, té interrumpido en medio de la presencia de Dios en la alabanza. Pero dime, cuando Dios se encuentra manera de interrumpirte para decirte haz mi voluntad en algo. Cuando no tenemos nuestra mente en silencio, la voz de Dios no encuentra manera de resonar en nosotros porque la ahogamos con tanto ruido. Tantos mensajes, tantos vídeos, tanta música, tantas redes. Tanto ruido que no escuchamos la voz de Dios. Mira, me di cuenta de que esto era un problema. En mis ratos de oración. Es una guerra. Me meto a orar. Y tú sabes cuánto me cuesta concentrarme. Ya he decidido que cuando me meto a orar dejo el móvil en otra habitación y aún así necesito 15 minutos, 15 minutos para hacer ejercicios de desconexión mental. Porque mi mente está. Cuando voy a orar se me ocurre todo lo que tengo que hacer en el día y hasta que logro quedar mi mente en paz. Necesito 15 minutos para por fin. Estar hablando. Y escuchando. Adiós. Alguien me entiende? 4 Ya estoy llegando al final. Cuarto desafío. La crítica aquí se pone bueno. Di conmigo crítica. Mucha crítica. Vivimos en un momento de la historia donde la comparación se ha elevado a niveles mundiales. Antes de la era de los smartphones, tú te podías comparar con tu círculo familiar, tu círculo laboral, tu círculo eclesial y quieras que no, cuando tienes un círculo reducido siempre puedes ser el más guapo o el más inteligente de lo que mejor toca la guitarra o el que mejor hace no se qué, o el más deportista. Pero cuando llevas la comparación a niveles mundiales. Es desconsolador. Porque siempre va a haber alguien que es mejor que tú en cualquier cosa. Y la comparación ha llegado a niveles tan grandes que los sociólogos dicen que cada vez que navegábamos por nuestras redes y vemos las publicaciones de las personas a las que seguimos, nos sentimos más descontentos que animados. Por qué? Porque finalmente. Tú estás viendo un momento extraordinario de una persona mientras tú estás viviendo un momento ordinario en tu vida. Por ejemplo, ves cómo alguien está de vacaciones en el Caribe mientras tú estás haciendo tu cama en tu habitación. O ves cómo alguien está predicando en un gran evento mientras tú estás limpiando la loza o los platos en tu casa, y entonces comparas un momento estelar de una persona que publica en su red social con tu momento fuera de cámara, haciendo cualquier cosa ordinaria del día a día. Y cómo te sientes después de eso? Deprimido dices mi vida es basura. No soy tan guapo, no soy tan inteligente, no tengo tanto éxito. Pero déjame decirte una cosa. Todo lo que se cuelga aquí es solo un 1 por ciento de la verdad y un 99 por ciento de la mentira de tu vida. Pero en vez de entender que compararse con estas fotos de las personas a las que seguimos es algo ridículo. Entramos en el juego. Y qué hacemos después de compararnos? Entrar en competición. Y cómo lo hacemos? Nos sacamos nosotros también una foto o un vídeo? O grabamos un histori haciendo algo para demostrar a nuestros seguidores que nosotros también tenemos una vida emocionante, que nosotros también somos guapos, que nosotros también tenemos éxito y entramos en competición. No lo quieres llamar así, pero sabes que en el fondo lo que te impulsa no es querer compartir con la gente tus vivencias, lo que te impulsa. Es el descontento que sientes con tu vida. Un poquito de envidia y la necesidad que tienes de que alguien te valide poniendo tum laica. Eso es lo que te impulsa. En el fondo, tú y yo lo sabemos. Ahora quiero que me escuches aquí, por favor. Si entras en competición, qué necesita toda competición? Un juez. Un juez que puntúe, un juez que evalúe, un juez que ponga el marcador y i lb puntos o los baje. Y sabes quién es el juez de tu competición imaginaria, de esa competición que tú te has imaginado? Tú mismo. Tu puntu as tu marcas, tu valoras, tu te conviertes en un crítico. Y eso me preocupa muchísimo, porque nunca, nunca, nunca había visto tanta crítica como en la era de las redes sociales. Gente que las redes sociales les ha hecho pensar que tienen derecho a calificarlo todo. Tienen que calificar el servicio de Uber, tienen que calificar la película que han visto, tienen que calificar el restaurante donde han estado. Tienen que calificar todo, hasta que al final calificamos a las personas también. De hecho, ahora calificamos a las personas como más o menos importantes, dependiendo de cuántos seguidores tienen. De hecho, hay personas que decidimos contestar un mensaje o no en las redes sociales, dependiendo la cantidad de seguidores que tenga la persona que nos ha escrito. Y calificamos a las personas al punto de que cuando vemos a alguien. Y no nos gusta algo de lo que hace, decimos. No le voy a poner link a ver si se entera que no me gusta. O la amenazamos diciendo. Te voy a dejar de seguir porque ya no me gusta lo que pones y al final es lo que estamos entrando a juzgar a las personas por lo que vemos aquí. Mira, Twitter es horrible, horrible. Yo he visto en Twitter a personas hablando con una violencia. Contestando a otros burlesca mente, haciendo mofa o incluso siendo desagradable o violento de maneras que nunca se atreverían hacer cara a cara. Y por ejemplo, esto es un ejemplo en mi red social, en la boda de Kike Pavón, que decidió cantarle una canción romántica a su esposa de Alejandro Sanz porque no le iba a cantar carros de Faraón. Me entiendes? Entonces Kike preparó una canción preciosa de Alejandro Sanz y a mí me pareció un momento tan romántico. Dios estaba ahí en la boda. Podíamos sentir la presencia de Dios y todos estábamos disfrutando de esa canción romántica que él estaba cantando a Natalia. Y yo saqué mi móvil y empecé a grabar y grabé a mi esposa y a mí bailando un poquito mientras la voz de Quique sonaba cantando una canción de Alejandro Sanz. Lo que no pude creer es los comentarios que llegaron después. Cientos de comentarios criticándome y diciendo cosas acerca de mí, como jueces, diciendo y valorando mi vida espiritual. De hecho, había un mensaje que decía literalmente esto y Thiel Yo pensé que eras cristiano, pero eres un puro apóstata lucrándose con el nombre de Jesús. Sigue así y el lago de fuego te espera. Si no te arrepientes. Y el tipo se quedó tan ancho y tan pancho justificado el tipo. Pero te voy a decir una cosa detrás de tu avatar puedes ser muy valiente, pero mucho de lo que decimos por las redes, esa crítica mordaz, esa mofa con la cual nos expresamos, nunca nos atreveríamos a hacerla cara a cara. Pero de la abundancia de tu corazón habla tu red social. Quizás finalmente eso evidencia qué es lo que tenemos en el corazón y puede ser que estemos podridos de envidia, podridos de juicio, podridos de murmuración. Y como discípulo, no tienes que olvidar que tú no has sido llamado a criticar. Tú has sido llamado a amar e incluso a amar a las personas que están equivocadas. Y más si esas personas son tus hermanos. Cuando tú veas que un hermano hace algo que no debería hacer y lo publica en su red social, no lo llenes de crítica. Llénalo de amor y si lo quieres exhortar, llámale por privado o queda con él cara a cara. Pero nunca te atrevas. Nunca te atrevas a hacer una crítica pública porque tus palabras tienen poder. La Biblia lo dice El amor cubre multitud de pecados. Pero la crítica destruye multitud de relaciones. Hoy en día se ha puesto de moda de repente los caza herejías en Internet. Me daba vergüenza. Los caza de herejías son grupos de personas que sacan vídeos en sus canales, por cierto, con miles de reproducciones, criticando a ministros, ministras, pastores, pastoras, sacando frases fuera de contexto y diciendo si son apóstatas y van a ir al cielo o no van a ir. Y yo te digo cuidado, porque quizá intentando ganar una batalla, la batalla de tener razón, estamos perdiendo la verdadera guerra. Porque al final esta guerra es una cuestión de amor. Si amamos o no amamos a alguien, me está entendiendo y termino. 5. El último punto. El desafío de la desconexión. Cuántos de los que están aquí están de acuerdo conmigo, que tenemos una conexión global, pero al precio de una desconexión local. Qué significa eso? Creo que el smartphone. Que nos intenta conectar con el mundo, nos está desconectando del mundo que nos rodea. Por intentar estar conectados, virtualmente nos desconectamos de los momentos y las personas que nos rodean. Estas perdiendo momentos vitales. Por ejemplo, perdemos un momento vital. Por intentar capturarlo. Es decir, en vez de vivir ese momento, intentamos grabarlo, sacar una foto, hacer un life, en vez de vivir, lo capturas. Y qué pasa? Que miras la vida a través de la pantalla de tu smartphone? Me parece ridículo ver fotos de grandes conciertos, de grupos impresionantes y de repente sacan una foto del público y que está haciendo todo el público. Viendo a la banda de música a través de la pantalla de su smartphone, comprate el DVD después, payaso. Estás en el concierto de tu vida. Guárdate el móvil y vive el momento. Deja de intentar grabarlo, simplemente estate presente ahí, disfrutando con todos tus sentidos. La gente no entiende, no entiende. Hacemos eso incluso en los momentos de alabanza y adoración. De repente viene la presencia de Dios y en vez de meternos en el río que fluye en la presencia de Dios. Por alguna razón decimos voy a sacar el móvil y lo voy a grabar esto. Y en vez de vivirlo, te lo pierdes. Pero no sólo eso, también me he dado cuenta de que nos perdemos la oportunidad de conocer a personas que podrían ser las personas importantes en nuestra vida. Estamos en una mesa y nos sentimos incómodos con la situación. Estamos en la mesa con gente alrededor y cuando viene ese silencio incómodo. Qué es lo que hacemos? Sacamos el teléfono móvil. Y nos escondemos detrás de la pantallita cuando un silencio incómodo es una oportunidad para hacer preguntas a la persona que tienes enfrente. Es una oportunidad para conocer quién es la persona que tienes enfrente y quizás descubrir. Que esa persona es realmente un tesoro que desconocías. Pero no sólo eso. También me doy cuenta de que perdemos oportunidades de conectarnos espiritualmente con nuestros hermanos. Los grupos de WhatsApp de las iglesias. De repente un hermanito dice. Hermanos, necesito oración porque estoy pasando un mal momento en mi familia. Y qué hacemos todos? Emoticono de dos manos juntas orando. Emoticono de dos manos juntas orando. Pero luego no horas. No seas mentiroso. Eso lo primero orando y íni horas. Pero tú crees que un emoticono de dos manitas con una frase de un versículo? Puedes sustituir el acto de ir a la casa de esa persona que está sufriendo, agarrarle las manos, mirarle a los ojos y decirle estoy aquí contigo. Oremos juntos. Nunca un emoticono podrá sustituir a dos manos que abrazan al que está sufriendo. Jamás estamos perdiendo oportunidades vitales de conectarnos con nuestros hermanos, sustituyéndolo todo con un mensajito. Ja, ja, ja, ja, ja. Ponemos en los chats y ni siquiera te estás riendo. Y nos estamos perdiendo la oportunidad de reírnos cara a cara, a carcajadas, con otra persona. Como discípulo, no tienes que olvidar que tu maestro no nos mandó un mensaje en el cielo, ni siquiera envió a uno de sus mejores ángeles para entrar en contacto con nosotros. Tu maestro Jesús se encarnó. Y se hizo presente para abrazarnos, mirarnos a la cara y decir yo estoy aquí contigo. Y a eso es a lo que Dios nos está llamando a estar presente. Porque tu presencia habla más que cualquier publicación que puedas hacer por tu smartphone. Déjame decirte esto ya termino. Tus ojos no fueron diseñados para contemplar el brillo de tu smartphone. Tus ojos fueron diseñados para contemplar el brillo. De la gloria de Dios. Y. Quizá lo que tenemos que hacer todo smartphone tiene un botoncito aquí en el lateral, que si lo mantienes apretado sabes lo que pasa. No? Saba. Igual este es el botón más poderoso para salvar tu vida espiritual. A veces tenemos que desconectar de lo efímero para conectarnos a lo eterno. A veces tenemos que desconectarnos de los smartphone para conectarnos con los propósitos de Dios. En esta tierra. Y quiero mostrarte la última imagen. Y ya no voy a decir mucho, sólo quiero que la mires. No te pierdas a Jesús, no te pierdas a Jesús mirando el mundo a través del espejo negro. Cuando Él te está invitando. A tener un encuentro cara a cara. Sabes por qué hice este mensaje, pastor? Porque después de un evento, un evento como éste, un evento donde Dios vino, hubo sanidades, bautismo del Espíritu Santo, gente convirtiéndose, la presencia de Dios estuvo ahí, fue impresionante. Fue de esos días que yo podía sentir la presencia de Dios tan fuerte sobre mi cuerpo que solo podía decir Dios está aquí, Dios está aquí. Y recuerdo que el tiempo se terminó y ya sabes los eventos, pues a veces hay que decir se ha terminado y alguien subió y dijo se ha terminado. Y yo me bajé por las escaleras. Y yo soy una persona cercana. Me gusta estar en contacto con la gente. No soy una superestrella que se va por detrás. No me toquéis. No, no, no. A mí me gusta entrar en contacto con la gente. Y yo pasé por al lado de las personas pensando que todos estaban experimentando lo mismo que yo, que habíamos vivido un momento sagrado. Pero de repente, a mi alrededor se juntaron 50 jóvenes desesperados con sus smartphone diciéndome y Thiel y Thiel una foto, una foto, una foto. Y Thiel y tiene una foto. Y me enfadé. Me enfadé, les miré y les dije Escuchadme bien. Acabamos de estar en la presencia de Jesús. Y me queréis pedir una foto? Ahora no es el momento. Una generación que no es capaz de diferenciar un momento sagrado es una generación. Que está borracha de los smartphone, que se piensa que una foto con el predicador es más importante que una experiencia con Jesucristo. Y eso a mí me preocupa. Voy a orar por vosotros. Cierra tus ojos, Señor. Oro para que todos estos jóvenes que han sido llamados para ser discípulos de Jesús. No boicotean su llamado. A causa de los smartphones. Señor, te pido que no pierdan su tiempo valioso en cosas estúpidas, ni que se hagan insensibles de tanto ver, tanto mirar, tanto escuchar y que puedan seguir sintiendo compasión. Señor, te pido que puedan escuchar tu voz. Que no tengan en su mente siempre llena de ruido, siempre pensando en algo, siempre haciendo algo en el smartphone, que puedan estar en silencio para escuchar la dulce voz del Espíritu Santo. Señor, te pido que dejen de compararse y competir y que en vez de criticar, criticar, criticar y clasificarlo todo como si su opinión fuese tan importante. Aprendan a amar y sobretodo a amar a sus hermanos. Señor, te pido que. Que se conecten. Pero que se conecten con lo que están viviendo en el momento, que no se pierdan. A las personas hacia los momentos trascendentes por intentar grabar un video, por hacer un life. O ver el timeline de su red social. Señor, que no se pierda. Tu gloria. Conformándose con el brillo de su smartphone, oro por ellos en el nombre de Jesús. Amén. Dios os bendiga.